Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2017

Mi tío Benito

         A sus ochenta y ocho años, mi tío Benito se ha ido definitivamente a descansar al Mediterráneo, donde se bañaba casi a diario hasta no hace muchos meses. Esa vitalidad le acompañó siempre en la aparente vida tranquila de un humilde emigrante alpujarreño en Barcelona atareado -junto a mi tía Gracia- en sacar adelante una familia de cinco hijos. Así, mientras se ganaba el sustento trabajando primero de   paleta y luego de representante de materiales de construcción, tuvo fuerzas y tiempo para darse a sí mismo una sólida educación humanista y aficionarse a la pintura, a mi juicio con bastante acierto: durante buena parte de mi adolescencia estuve un punto menos que enamorado de una joven vendedora de manzanas - more Julio Romero de Torres- que él había pintado al óleo y que presidia el salón de nuestra casa.  Le debo muchas cosas a mi tío, físicas y espirituales. Todavía anda rodando por mi casa un atlas universal de la editorial Aguilar que me regaló cuando empecé el